Este artefacto, compuesto por más de 500 piezas de madera entrelazadas de varias esencias, constituye una de las maquetas de madera más grandes e importantes de la historia de la arquitectura, es decir, el proyecto tridimensional que debía mostrar el edificio que se estaba construyendo, ayudando así a los trabajadores del sitio de construcción durante la construcción.

Testimonio de un proyecto desarrollado a partir de la última década del siglo XV, con la contribución de grandes arquitectos, desde Bramante hasta Leonardo, es una obra maestra de carpintería, tallada en cada detalle externo e interno.

Esta maqueta de madera ilustra el proyecto concebido por el marqués Luigi Malaspina di Sannazzaro, que en 1809 fue elegido director de la Fabbriceria della Cattedrale, junto con el arquitecto milanés Carlo Amati. Partiendo de lo ya construido hasta ese momento (la parte absidal y los pilones del octágono central), la maqueta muestra su idea de continuación de la construcción, que incluía un edificio de cruz griega con cúpula inferior y fachada de templo clásico, con ocho columnas corintias que sostienen un frontón triangular. Sin embargo, el proyecto no se llevó a cabo, ya que en 1838, cuando se reinició la obra, se decidió volver al proyecto longitudinal, transmitido por   gran maqueta renacentista de madera.