La fundación mítica de la iglesia se atribuye a la figura de Pertarito, pretendiente al trono lombardo, que se salvó de una conspiración para la usurpación del trono, y en el año 673 erigió un monasterio femenino en el lugar de su fuga. En el centro del fresco está la Virgen, en el acto de ser coronada por Cristo, inserta en una arquitectura compleja, rematada por tres hornacinas, de las cuales la central alberga la paloma del Espíritu Santo, coronada por el Padre Eterno sosteniendo el crucifijo Seis ángeles músicos están dispuestos simétricamente sobre la base de mármol con decoraciones geométricas. Los santos Francisco y Clara, fundadores de la orden a la que pertenecía el monasterio (franciscano desde 1230), representados con sus atributos y ropajes monacales a la derecha, y a la izquierda los santos Primo y Feliciano, cuyas reliquias se guardaban en la iglesia. En el arco triunfal, dentro de marcos grotescos, los Cuatro Doctores de la Iglesia Occidental sentados en sus pupitres. En 1895, el fresco del ábside fue desprendido y vendido clandestinamente a George Gray Bernard, un escultor y coleccionista estadounidense, por el anticuario parisino Raoul Heilbronner. El fresco llegó al Museo de Arte de Filadelfia en 1945 y este último lo devolvió a la ciudad de Pavía: en 1991 fue generosamente donado a los Museos Cívicos y desde entonces se exhibe en la Sección Románica y Renacentista de nuestro museo.