La fecha de construcción del Palacio Pigorini está documentada en el Atlas de Sardi alrededor de 1767, pero la distribución arquitectónica, que difiere poco de la anterior, sugiere que el edificio tiene orígenes mucho más antiguos.

El Palacio tiene las características de una casa patio, con un patio interior que tiene un pórtico lateral. Lo que hace famoso al edificio es el hecho de que fue residencia, como lo atestiguan dos placas en la fachada, de dos personalidades famosas: el poeta Angelo Mazza y el explorador Vittorio Bottego. El piso principal fue pintado al fresco por Francesco Scaramuzza a mediados del siglo XIX, con escenas como La Noche y la Apoteosis del poeta. A principios del siglo XX, el palacio fue adquirido por Adriana Pigorini Lusignani, quien posteriormente lo legó al Ayuntamiento de Parma para que lo utilizara como museo, llamándolo Pigorini. Para adaptar el edificio a las nuevas funciones museísticas, el Ayuntamiento llevó a cabo un cuidadoso proyecto de recuperación y restauración dirigido por el arquitecto Maurizio Bocchi. Se han creado sistemas de seguridad, la instalación de un ascensor y modificaciones parciales de los niveles de las plantas con toboganes que hacen que el Palacio sea accesible a todos. El edificio fue reabierto al público como sala de exposiciones en 1996.