Claudio Lezoche

Fanciulla a cavallo, 1998, lápiz sobre papel, mm 210×320

Nacido en 1929 en Nápoles. Alumno de Emilio Notte en la Academia de Bellas Artes, luego enseñará durante aproximadamente treinta años en la escuela de arte de su ciudad.

Partiendo del realismo, Lezoche evolucionará su poética pictórica hacia posiciones neometafísicas a partir de los años sesenta, rechazando lo conceptual y lo informal. Llegará a una metafísica personal de lo cotidiano, donde las atmósferas enrarecidas se convierten en un escenario inquietante para sus personajes, atrapados en un tiempo suspendido.

En sus pinturas se acumulan varios niveles de lectura que conducen a mundos fabulosos e imaginarios. La elegancia de los sujetos, la dicotomía metafísica entre el hombre y la naturaleza. Aunque en la fase preliminar del dibujo, la obra expuesta nos lleva a otro lugar, apuntando al único toque de color, el concedido a la luna.