Die Mimik der Tethys (Las expresiones de Tetis) consiste en una boya que flota a gran altura en el centro de la icónica rampa helicoidal de la antigua fábrica de FIAT en Lingotto. Su movimiento, que evoca el causado por las olas, se logra a través de un sofisticado sistema de ingeniería, que conecta Die Mimik der Tethys con una boya hermana ubicada frente al Océano Atlántico. La boya original transmite continuamente datos de movimiento vía satélite a su doble, y la información acciona ocho motores eléctricos y cabrestantes de cable, que reproducen con precisión, en tiempo real, su movimiento. La obra se convierte así en una especie de máquina hipnótica, una presencia surrealista que lleva a imaginar que el espacio monumental de la rampa podría contener las olas del océano. La obra también parece escenificar una leyenda ligada a la arquitectura del Lingotto, que por su gigantesca forma y escala fue definido en el pasado como "el transatlántico". El título está inspirado en la figura de Tetis, diosa del mar en la mitología griega, hija del cielo (Urano) y de la tierra (Gea). La inspiración literaria que trae consigo esta personificación recuerda una concepción romántica del mar, ligada a la experiencia estética y emocional de la humanidad ante la sublime grandeza de la naturaleza. Von Bismarck quiere que confrontemos precisamente nuestra comprensión del concepto de naturaleza, poniendo énfasis en el hecho de que no es una concepción innata, sino construida culturalmente. El océano majestuoso e indomable de la tradición romántica choca con la idea del mar que conocemos, hoy en el centro de cuestiones geopolíticas urgentes: aquel cuyo ascenso es síntoma de la grave crisis climática contemporánea, aquel en el que miles de personas pierden la vida en las rutas migratorias. Die Mimik der Tethys es, por tanto, una presencia con una fuerte carga poética, pero también un testimonio directo de nuestros tiempos inquietos.