La Pinacoteca Ambrosiana en Milán fue el primer museo de arte del mundo abierto al público, en 1618. El núcleo original de la colección fue la donación del cardenal Federico Borromeo de su propia colección de pinturas, dibujos, grabados y esculturas a la Veneranda Biblioteca Ambrosiana, institución fundada por él en 1609. En los cuatro siglos siguientes, la Pinacoteca Ambrosiana se enriqueció con numerosas obras maestras del arte italiano y europeo.

Dentro del recorrido expositivo, dividido en 26 salas, se pueden admirar algunos de los más extraordinarios capolavori de todos los tiempos, como el Músico de Leonardo, la Canestra di frutta de Caravaggio, el Cartón preparatorio para la Escuela de Atenas de   Rafael, la Adoración de los Magos de Tiziano, la Madonna del Padiglione de Botticelli y los espléndidos Jarrones de flores de Jan Brueghel. 

Paseando de una sala a otra, también se pueden descubrir verdaderas curiosidades, como los guantes usados por Napoleón en Waterloo o la vitrina que contiene un mechón de cabello de Lucrezia Borgia, concluyendo la visita en la grandiosa sala de lectura del siglo XVII de la Biblioteca, hoy sede permanente de la exposición del Códice Atlántico de Leonardo da Vinci.