En el precioso lienzo de la Santa Familia procedente del Obispado de Molfetta, se reconocen aspectos evidentes que remiten de manera elocuente a su autor: Antonio de Bellis (Rodio, 1610 ca - Nápoles 1656). 

Innovador pintor que trabajó en Nápoles hacia mediados del siglo XVII, según la información proporcionada por Bernardo de Dominici (biógrafo de artistas napolitanos), realizó su aprendizaje con Massimo Stanzione, trabajando principalmente en Nápoles y firmando su obra pública más conocida, el ciclo de lienzos para S. Carlo alle Mortelle, antes de 1640. Sus rasgos distintivos se encuentran en la disposición asimétrica del sujeto, en la tensión de la figura de María, en el tratamiento de las vestiduras, en la articulación de las manos con dedos afilados y en las mismas características fisonómicas de los personajes que caracterizan sus otros lienzos. La Santa Familia de Molfetta podría situarse a principios de los años cuarenta, los mismos años en los que Bernardo Cavallino, más joven que Antonio y posiblemente deudor de algunas soluciones, adopta las mismas elecciones estilísticas.

El tema de la pintura del Museo Diocesano es uno de los más comunes en la iconografía occidental, un Nacimiento que en nuestro caso coincide con la representación de la Santa Familia. La diferencia entre los dos temas es mínima; una imagen a medio cuerpo del Nacimiento muestra los factores narrativos de Lc 2, 6-19, el nacimiento del Niño Jesús; mientras que una Santa Familia ilustra el diálogo silencioso entre la Virgen, el Niño y José en la primera etapa de la infancia de Jesús. A veces, los artistas introducen en la representación de la familia de Belén una gestualidad significativa en relación con algún aspecto teológico o espiritual a destacar, haciendo así la encarnación de Cristo más accesible a los fieles, con sentimientos de una piedad confiada y hogareña.

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