Las Termas de Diocleciano en Roma son las termas más extensas del mundo antiguo.

Sede histórica del Museo Nacional Romano, aproximadamente un siglo después de su institución en las Termas de Diocleciano, el Museo fue reorganizado en cuatro sedes distintas: a las Termas se sumaron Palazzo Massimo, Palazzo Altemps y la Crypta Balbi. 

Las Termas de Diocleciano fueron erigidas en tan solo ocho años, entre el 298 y el 306 d.C., en la zona entre las colinas Viminale y Quirinale y se extendían sobre una superficie de más de 13 hectáreas. Estaban delimitadas por un amplio recinto y una gran exedra con gradas, correspondiente a la actual plaza de la República. Después de casi mil años de abandono, en 1561 el Papa Pío IV decidió construir dentro de las Termas una basílica con una cartuja dedicada a la Virgen de los Ángeles. El proyecto fue encargado a Miguel Ángel, quien, respetando el edificio antiguo, utilizó el frigidarium y el tepidarium sin alterar sus características e ideó el Claustro Grande. 

El aula VIII alberga algunos de los grandiosos fragmentos arquitectónicos de las Termas. A través de una fachada marcada por pilares y columnas, el aula se abría hacia la natatio, de la cual ahora es visible parte de la monumental fachada, diseñada siguiendo el modelo de las escenas teatrales, revestida de mármoles coloridos y mosaicos que creaban efectos extraordinarios de policromía. 

El aula X era una de las entradas al cuerpo central de las Termas: aquí se expone el sepulcro llamado de los Platorini. Es importante recordar que en el Museo de las Termas de Diocleciano confluyeron los hallazgos encontrados en Roma y sus alrededores. Por esta razón, también se exhiben dos tumbas de cámara excavadas en un gran núcleo de toba. 

El aula XI estaba destinada a conservar el agua del complejo termal. Actualmente se exhibe un gran mosaico blanco y negro. En el centro, entre elegantes volutas, se representa a Hércules mientras sujeta victorioso el cuerno recién arrancado de la cabeza sangrante del dios fluvial Aqueloo. 

El Aula Octogonal forma parte del complejo central de las Termas de Diocleciano y es la última de las cuatro salas que se encontraban al lado del caldarium. El aula fue transformada primero en un cine (Sala Minerva) y luego en el Planetario (1928), en ese momento el más grande de Europa. Solo en 1991 el edificio fue destinado a la exposición de esculturas procedentes de edificios termales.

Entre las estatuas provenientes de las Termas de Diocleciano hay que mencionar la copia de la Afrodita de Cnido de Praxíteles. De las Termas de Caracalla provienen dos copias de Policleto y una hermosa estatua de Afrodita, representada mientras se aprieta los cabellos mojados.

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