La Lucha por el estandarte es la parte central del fresco dedicado a la Batalla de Anghiari encargado a Leonardo da Vinci, y hoy perdido, para conmemorar la victoria de los florentinos sobre los milaneses el 29 de junio de 1440. A la izquierda está Pier Giampaolo Orsini, capitán del ejército florentino, que lleva un casco decorado con una máscara y está protegiendo el estandarte, lanzándose contra Niccolò Piccinino, líder milanés y mercenario, que empuña la espada sobre su cabeza. Orsini contaba con el apoyo del papa Eugenio IV, cuyas tropas eran lideradas por Ludovico degli Scarampi, identificado como el soldado que lleva un turbante, situado detrás de Orsini a la izquierda. El caballero situado en el extremo derecho, que lleva una decoración en forma de cabeza de carnero en el pecho, es Francesco Piccinino, hijo de Niccolò. La grabado traduce el diseño de un artista anónimo italiano del siglo XVI, luego ampliamente retocado por Peter Paulus Rubens y ahora conservado en el Departamento de Artes Gráficas del Museo del Louvre (inv. n. 20271). Por razones cronológicas, es imposible que Rubens haya visto el fresco de Leonardo da Vinci, concebido alrededor de 1503 y destruido alrededor de 1560, en el Palazzo Vecchio de Florencia. Sin embargo, el pintor flamenco estuvo en Italia entre 1600 y 1608, y es probable que en ese momento adquirió el dibujo anónimo. El detalle del fresco con la Lucha por el estandarte se hizo famoso y emblemático de toda la batalla gracias a los estudios y copias, tanto gráficas como pictóricas, realizadas por artistas a lo largo de los siglos. De hecho, es el mismo detalle representado en el dibujo de Rubens traducido en esta grabado realizada por Gérard Edelinck entre 1657 y 1666. Poco se sabe sobre la biografía del grabador, pero el estudio de sus obras, más de trescientas, revela un artista de gran importancia, especializado en la traducción de pinturas de artistas famosos. Se le atribuye el dibujo del mismo tema, conservado en los Museos de Arte de Harvard (inv. n. 1917.221), considerado preparatorio para la impresión. Cabe destacar la inscripción dentro de la parte figurada, en la parte inferior izquierda, donde se lee L. Da finse pin., un error quizás debido a la pronunciación flamenca de la letra v. La obra no solo testimonia la fama que tenía el fresco de Leonardo durante la segunda mitad del siglo XVII, sino que al mismo tiempo será importante para transmitir la iconografía de la Batalla de Anghiari hasta hoy.