La instalación consiste en un saco de boxeo inusual, diferente de un saco tradicional en que es un sobre vacío y transparente: una presencia frágil. La ambigüedad de significado que caracteriza a este elemento también se celebra en el momento performativo: un boxeador tailandés golpea el saco vacío durante horas, viéndose constantemente obligado a adaptar sus movimientos al impacto con una superficie que anula la eficacia de su acción. Al final de la pelea, lo único que queda concretamente en el espacio es el saco de boxeo, grabado en la superficie por los golpes y el sudor del puffer. En el suelo, las manos vendadas que usó durante su lucha con el vacío. El trabajo surge de la experiencia del artista con el boxeo tailandés y refleja las complejidades experimentadas. Durante la primera exhibición de Untitled, el espacio expositivo fue habitado simultáneamente por los sonidos de tres obras audiovisuales centradas en la práctica del boxeo, que se superponían y fusionaban con los sonidos producidos durante la actuación.