La Abadía griega de San Nilo, cuyo nombre oficial es Monasterio Esarchico de Santa Maria di Grottaferrata, es ahora la única Abadía de rito greco-bizantino existente en Italia. Antes de que este lugar se convirtiera en un asentamiento cristiano, existió una villa romana de la época imperial. Los imponentes restos de esa villa se encuentran por debajo del nivel de la actual plaza de la iglesia. A la villa romana se le había incorporado a su vez una celda sepulcral preexistente de época republicana cerrada por rejas, la “crypta ferrata” que dio origen al nombre de Grottaferrata. Actualmente, la Abadía griega de San Nilo es el último de los numerosos monasterios bizantinos que en la Edad Media se extendieron por todo el sur de Italia y en la propia Roma. Fue fundado en 1004 por un grupo de monjes griegos del sur de Italia, encabezados por S. Nilo di Rossano, líder carismático y personalidad espiritual destacada de su época. A finales del siglo XV, el complejo de la abadía se incorporó a un poderoso círculo de paredes, diseñado por Antonio da Sangallo el Joven y Baccio Pontelli, a instancias del cardenal Giuliano della Rovere, más tarde Papa con el nombre de Julio II. Odoardo Farnese en 1610 enriqueció la parte ornamental encargando a Domenichino los valiosos frescos que se pueden admirar hoy.