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Cuando Leo conoció a Leo Mostrar todas las fotos
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cerrado

Cuando Leo conoció a Leo

De 25 junio a 5 julio 2022

Aceptada la tarjeta Artsupp

Palacio Monti

Palacio Monti

Piazza Tebaldo Brusato, 22, Brescia

Cerrado temporalmente

Perfil verificado


Este no es un romance de Harry y Sally.

La primera vez que Léo conoció a Leo en el Palazzo fue fuego y chispas. La investigación artística de uno parecía tan lejana a la del otro que no podía convivir bajo el mismo techo. La actitud irreverente y provocadora de las obras de Léo Luccioni (Francia, 1994) parecía chocar con la gracia y elegancia de los lienzos de terciopelo de Leonardo Meoni (Italia, 1994). La estética viva y la simbología no demasiado velada a través de la cual Luccioni crea narrativas ficticias chocaron con la poética del movimiento de Meoni, donde las imágenes suspendidas encuentran paz en paletas refinadas.


La segunda vez que se encontraron, se ignoraron. Era de mañana e intercambiaron una mirada en las escaleras del palazzo de malapena. Al poco tiempo comenzaron a trabajar en sus respectivos estudios. Lucci, un artista multidisciplinar que nunca había hecho nada por la pintura, decidió crear sus primeros cuadros. ¿Dónde empezar a pintar si no es en un palazzo en Italia? El razonamiento no hace un escándalo. Así es como, deambulando por Brescia, se inspiró en el símbolo más recurrente de la ciudad: el león, que en el cuadro toma la forma del icono del supermercado belga Delhaize. Pero Luccioni no podía dejar un animal sin su amo, y aquí comenzó a tomar forma un retrato de un noble flamenco, cuyas facciones recuerdan a las del hombrecito de la Quacker Oats Company. Ni locura, ni alucinaciones, lo normal es no ver los cuadros descritos.


Iniciadas, no terminadas y dejadas en el estudio, se convierten en obras efímeras en la narrativa de la exposición, así como en los dibujos N° 2, Goodyear, Marianne Goodman Gallery, N° 3, All Brand, Galerie Praz Delavallade, N° 4, Petroll, Galería Almine Rech, en la que Luccioni habla de exposiciones con obras ficticias en instituciones reales. Meoni, sin deambular demasiado por la ciudad, comenzó a viajar en su estudio. Viajes a la memoria de los que recuperar imágenes y recuerdos que han quedado grabados tras muchos cambios sobre la superficie aterciopelada. Jaguares, cercas y escrituras -protagonistas de Pura pimienta, Pedazo de jardín #2, Un campo seco, Una espiga- parecen fundirse entre sí en una eterna pugna entre la figuración y la abstracción, donde nunca llega el vencedor decretado. Los signos se imprimían con los dedos, pero también con rastrillos y martillos hasta que el terciopelo ya no era suficiente. De ahí la necesidad de esforzarse para afrontar el único gran viaje de Meoni a Brescia, el de la subida a las caballerizas. El pelo del caballo se había convertido en la nueva superficie a marcar, a imprimir. Después de un buen paseo, nació Origin of Displacement # 1.


Cortesía de Palazzo Monti y Petrò Gilberti

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Siempre

Entrada al museo:

Gratis

Exposiciones incluidas:

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