La pintura dinámica del napolitano Luca Giordano fascinó a los genoveses, que coleccionaron varios de sus cuadros. Este lienzo fue propiedad del noble Costantino Balbi, de cuyas colecciones muchas obras llegaron al Palacio Spinola por herencia. Solo en los últimos años el lienzo, no incluido en estos pasajes hereditarios, ha sido comprado por el museo. Representa un episodio de la leyenda de Roma: la ciudad acababa de ser fundada y el rey Rómulo decidió poblarla secuestrando a las mujeres de un pueblo rival, los sabinos.