Hic sunt Dracones se compone de dos caminos entrelazados: el de Chiara Camoni y el del colectivo Atelier dell'Errore . Es un relato en el que dos historias artísticas muy distintas se enfrentan y se responden. Tras la anterior exposición comisariada por Elena Volpato, Sobre el principio de contradicción, esta muestra reconoce la presencia de un pensamiento metamórfico en el arte contemporáneo o, al menos, en sus territorios más fértiles, los que se extienden a caballo de su límite extremo, donde los cartógrafos habrían dejaron su advertencia escrita y dibujaron dragones de todo tipo y forma.

“ El pensamiento metamórfico – escribe Volpato – es una variante diferente y hermana del pensamiento de contradicción. En literatura es el pensamiento que viene de fuera, como un soplo de inspiración. Viene serpentino y obsesivo como el oracular de las pitias. Modifica la naturaleza de quien la acoge y le da la capacidad de leer simbólicamente, en filigrana, cada aspecto de la realidad; mirar cada forma en su continua posibilidad de transformación y analogía con otras formas. Significa poder mirar algo, reconocerlo y, al mismo tiempo, ver en él lo que aparentemente no es.

Es un pensamiento que genera dragones: seres híbridos y polimórficos para los que la tradición medieval contempla la mezcla de todos los rasgos anatómicos posibles. Del mismo modo, inspira obras que huyen de cualquier clasificación, que van más allá de cualquier retícula, que aglutinan múltiples imágenes, múltiples tiempos, múltiples momentos.

Tanto Camoni como AdE trabajan muchas veces de forma germinal, nos entregan obras en las que todavía es posible leer el desarrollo del crecimiento en una progresiva suma de elementos de los que nace el todo: detalle tras detalle. Pero también nos muestran una paulatina modificación de las formas, de obra en obra, en una metamorfosis diacrónica de la obra que mantiene la ambigüedad y la magia de la matriz cíclica en la que todo progreso es también un retorno.