La Centrale Montemartini era una central termoeléctrica en la Via Ostiense de Roma. Hoy es el segundo polo expositivo de los Museos Capitolinos y uno de los ejemplos más innovadores de la conversión de un edificio de arqueología industrial en museo, la primera planta pública de Roma para la producción de electricidad. Los vastos espacios de la Centrale Montemartini, puntuados por la gigantesca maquinaria superviviente, se consideraron más que nunca aptos para experimentar con nuevas soluciones museográficas. Hoy alberga unas 400 estatuas romanas, ya expuestas en los Museos Capitolinos o recuperadas de los riquísimos depósitos municipales, junto a epígrafes y mosaicos, en un marco extraordinario de arqueología industrial. Dos mundos diametralmente opuestos, la arqueología y la arqueología industrial, se unieron por primera vez a través de la valiente puesta en escena de la exposición Las Máquinas y los Dioses, abierta al público en octubre de 1997. El interés del público consolidó la vigencia de la nueva exposición tanto que en 2001 pasó de ser un experimento temporal a la creación de un sitio permanente: el Museo della Centrale Montemartini. Desde entonces el museo, filial de los Museos Capitolinos, se ha ido enriqueciendo con nuevos espacios y nuevos hallazgos arqueológicos, exhibiendo obras que habían permanecido cerradas en los depósitos a lo largo de los años y robadas al gran público. En noviembre de 2016, luego de algunas remodelaciones, el museo fue ampliado con la apertura de una nueva sala, donde se exhiben los famosos vagones del Tren de Pío IX.