Del 27 de mayo al 27 de julio de 2025, el Pabellón 9b del Matadero de Roma presenta PORTO ROMA de Mohamed Keita, promovida por Concejalía de Cultura de Roma Capitale y por Empresa Especial Palaexpo, organizada por Empresa Especial Palaexpo, a cargo de Carmen Pilotto.

La exposición cuenta la ciudad de Roma a través de la mirada única de Mohamed Keita, joven fotógrafo nacido en Costa de Marfil que hoy vive y trabaja entre Roma y Bamako (Malí). Sus imágenes, ajenas a los tópicos y a las representaciones pulidas, nos llevan a un universo de detalles ocultos, paisajes urbanos íntimos y presencias humanas que narran historias de cotidianidad y resiliencia.

Se invita a los visitantes a sumergirse en el continuo deambular de Keita por Roma, en busca del sujeto a inmortalizar, para descubrirla a medida de hombre, con sus imperfecciones, maravillas y secretos. El título de la exposición, Porto Roma, refleja la visión personal del fotógrafo, devolviendo al público la Roma vivida por Keita a través de su búsqueda: no solo ciudad eterna sino puerto del alma, donde lo antiguo dialoga con el presente, la humanidad se fusiona con el silencio de los espacios.

La exposición, en su conjunto, es un retrato de Roma: puerto de acogida, lugar abierto a quienes llegan de fuera, como le sucedió al fotógrafo, pero también punto de partida para quienes la dejan, como los romanos que se han ido; lugar donde el tiempo fluye y se entrelaza con las vidas de quienes habitan y transitan por ella, a la vez hogar, refugio y escenario de encuentros.

El recorrido expositivo comienza con algunas de las fotografías realizadas por Keita durante sus primeros diez años en Roma y recopiladas en el volumen Roma 10/20. La exposición continúa con su más reciente investigación fotográfica, Antes-Después, que documenta su constante regreso a los mismos lugares para captar cambios e inspiraciones: cada fotografía se convierte en una meditación sobre el tiempo y loscambios que transforman los lugares, sobre las sombras fugaces que cuentan historias diferentes, sobre los rostros que se confunden en el paisaje, redefiniéndolo. Su mirada de flâneur transforma cada rincón urbano en una obra para contemplar. La espontaneidad del disparo, el juego de luces y sombras, los detalles a menudo pasados por alto se convierten en elementos clave de su poética visual.