Desde el 23 de noviembre de 2024 hasta el 23 de febrero de 2025, un préstamo histórico procedente de una colección privada será alojado en los espacios de las Galerías Nacionales de Arte Antiguo: en la Sala de Paisajes del Palazzo Barberini, el Retrato del monseñor Maffeo Barberini, atribuido por los principales estudiosos a Caravaggio, será expuesto al público por primera vez.

En el retrato, Maffeo Barberini está sentado en un sillón colocado en diagonal y está iluminado por un haz de luz que converge desde abajo, emergiendo poderosamente de un espacio desnudo y esencial. El monseñor, en sus treinta años, lleva una birreta y una sotana en tonos verdes, sobre una túnica blanca plisada. El brazo izquierdo está apoyado en el reposabrazos de la silla y con la mano sostiene una carta doblada, mientras en primer plano, resaltado por la luz, hay un rollo de documentos apoyado en el sillón.

La cabeza con la mirada impaciente, la boca entreabierta y el gesto casi repentino que realiza con la mano derecha, que atraviesa el espacio, cuentan una personalidad dinámica, sugiriendo que está dando una orden a alguien fuera de la escena. La refinada experimentación cromática, la forma de colocar la figura en diagonal con respecto al fondo, los contrastes de claro y oscuro, el dibujo de las manos redondeadas, la luminosidad de la epidermis y la técnica de construcción de los ojos sobre los cuales se aplica una pincelada de blanco que intensifica la mirada, son los rasgos de la autografía de Merisi destacados por toda la crítica.

Con pocos trazos, Caravaggio representa un Retrato en movimiento y revela el estado de ánimo y la personalidad del protagonista, un intelectual de la más alta esfera social, monumental en su presencia pero sin retórica.