Después de diez años de ausencia, el MUDEC trae de vuelta a Milán a uno de los artistas más fascinantes y reconocibles del siglo XX, Maurits Cornelis Escher (Holanda, 1898-1972) con un gran proyecto dedicado exclusivamente a él que propone una nueva mirada a su trayectoria artística.

A través de 90 obras del artista entre grabados, acuarelas, xilografías y litografías, además de unas cuarenta piezas islámicas para comparación, la exposición investiga la relación entre Escher y sus fuentes de inspiración, siguiendo la evolución del artista: desde sus inicios ligados al Art Nouveau, pasando por los paisajes italianos, hasta su plena madurez en la que desarrolla el uso de teselaciones, ciclos metamórficos, ilusiones ópticas y representaciones del infinito que lo han hecho famoso gracias a un lenguaje visual único que combina arte y matemáticas.

Además, la exposición profundiza en un aspecto aún poco conocido por el gran público, que es la estrecha relación que el artista tuvo con el arte islámico y cómo el uso de simetrías, la repetición modular y la visión abstracta del espacio - elementos clave del arte islámico - ofrecieron a Escher un punto de partida muy importante para superar la representación naturalista de la realidad.

Por último, el recorrido expositivo se detiene en un Escher que convirtió este "universo gráfico" en su sello distintivo incluso en su extensa producción comercial, recordando cómo su genio también se enfrentó a ámbitos aplicados del diseño gráfico.

Para enriquecer el recorrido, una serie de instalaciones multimedia inmersivas a cargo de Maurits Srl, incluyendo una Sala de la Infinitud final que acompaña a los visitantes en un entorno inmersivo fascinante y cautivador con efecto caleidoscópico, gracias a la proyección de animaciones en alta definición dentro de una habitación con espejos.