El proyecto de la Casa di Ortega tiene como objetivo testimoniar la presencia en Matera del gran artista español José Ortega y fomentar el redescubrimiento de la tradición artesanal. El edificio, antiguamente una fortaleza lombarda ubicada en una posición dominante y de gran sugestión ambiental, alberga veinte bajorrelieves policromados que el pintor ibérico realizó en 1975 en la Ciudad de los Sassi, utilizando la técnica artesanal local más popular y emblemática: la cartapesta. Los veinte bajorrelieves componen dos series narrativas: Pasaron, en la que se recorre la guerra civil española, y "Muerte y nacimiento de los inocentes", una denuncia de las brutalidades de la dictadura franquista. Ortega realizó estos paneles en colaboración con los maestros artesanos materanos, utilizando de manera innovadora la antiquísima técnica de la cartapesta, y son precisamente estas producciones pictóricas el hilo conductor del proyecto que pretende resaltar la importancia del vínculo entre el arte noble y los antiguos oficios.

Para llevar a cabo los ciclos "Pasaron" y "Muerte y nacimiento de los inocentes", Ortega experimenta la posibilidad de dar "tridimensionalidad" a su pintura a través del uso de la cartapesta. Junto a los maestros cartapestai materanos, el artista crea bajorrelieves en terracota de los cuales realiza moldes en yeso en los que se moldea la pasta de papel. Las obras así modeladas se fijan en una estructura de madera y, finalmente, se pintan. Los colores son protagonistas fundamentales del arte de Ortega, colores vivos, representados con pinceladas nítidas, que otorgan a un material tradicional, pobre y reciclable, un aura de sacralidad. Las elecciones cromáticas adquieren un valor semántico fundamental: el blanco y el amarillo, colores de la vida y la floración primaveral; el rojo de la pasión y la tragedia, de la bandera y la sangre; el negro de las fuerzas de la muerte y los uniformes militares; el violeta del martirio; el azul del puño y la revuelta. El artista traduce en un estilo único e inconfundible las enseñanzas de otros ilustres predecesores: las atmósferas sombrías de El Greco, algunos temas de Goya, las deformaciones anatómicas de Picasso, las masas de color y las líneas de Miró. Los bajorrelieves narran los conflictos, el mal y la dictadura que, en cada país y en cada época, aplastan al hombre, cuyo rescate se produce gracias a la pasión y la lucha, en una sucesión ininterrumpida de ciclos de muerte y nacimiento.