El islote sobre el que se levanta la fortaleza de Le Castella se encuentra en el extremo oriental del golfo de Squillace, en el contexto ambiental de gran valor naturalístico del Área Marina Protegida de Capo Rizzuto , establecida en 1991. Conectada a la costa por una delgada franja de terreno, crea una sugerente simbiosis escenográfica entre la arquitectura construida y la arquitectura natural.

El núcleo original se remonta a la época angevina, a la que se atribuiría la maciza torre cilíndrica, que hoy aparece en su definición del siglo XVI dominando con su grandeza el conjunto fortificado. La estructura del siglo XIII, construida para defender el golfo de Capo Rizzuto, forma parte del sistema de fortificaciones buscado por los angevinos. A finales del siglo XV la fortaleza pasó a manos de los aragoneses y entre 1510 y 1526 el conde Carafa construyó los baluartes cuadrangulares espoleados y resecosados según las prácticas constructivas españolas.

La torre, dividida en tres plantas comunicadas por una escalera de caracol que ha permanecido intacta en el gran muro perimetral, tiene en la base una cavidad para la recogida y conservación de las aguas pluviales.

En el interior de la fortaleza son característicos los restos de una aglomeración urbana, una especie de pequeño pueblo con comercios y las ruinas de una pequeña iglesia, llamada Cappella del Borgo, construida en época aragonesa.