El fuerte de Gavi es una fortaleza histórica, atestiguada desde 973, de tipo puramente defensivo construida por los genoveses sobre un castillo preexistente de origen medieval. A lo largo de los siglos, el castillo adquirió la apariencia de una poderosa fortaleza, las primeras intervenciones radicales fueron realizadas en 1540 por Giovanni Maria Olgiati, un ingeniero militar al servicio de la república de Génova, quien diseñó y reconstruyó completamente las murallas, creando nuevos baluartes y consolidando la estructura original. En el siglo XVII, el fuerte se amplió aún más con la intervención del fraile dominico Vincenzo da Fiorenzuola, nacido Gaspare Maculani. Este último, conocido por ser el inquisidor en el juicio contra Galileo Galilei, era, además de religioso, un gran experto en arquitectura militar. Las obras para la transformación del edificio en una gran fortaleza se llevaron a cabo entre 1626 y 1629, pero se sucedieron otras intervenciones hasta los albores del siglo XIX. En el lado este se construyó el “reducido” de Monte Moro, conectado con el fuerte por un túnel; en el interior se construyeron alojamientos para soldados y oficiales, cisternas, polvorines, guardias y plazas de armas, todo con la ayuda de los ingenieros militares más famosos de la época, desde Stefano Scaniglia hasta Domenico Orsolino, desde Pietro Morettini hasta Pierre De Cotte. En 1859 la antigua fortaleza genovesa fue desarmada y privada de su identidad histórica para ser transformada en recinto civil; durante la Primera Guerra Mundial se convirtió en prisión militar. En el interludio entre las dos guerras, el Consorcio Antifilosérico plantó vides experimentales en algunos terraplenes de la fortaleza. Con la Segunda Guerra Mundial el fuerte volvió a ser un lugar de detención; en 1946 fue entregado a la Superintendencia del Patrimonio Arquitectónico de Piamonte, que desde 1978 ha iniciado un trabajo constante y progresivo de restauración y preservación de este raro ejemplo de arquitectura militar.