Conocido como el "palacio de los gigantes" por los dos grandes atlantes que se ciernen sobre quienes entran, el Museo Civico d’Arte Industriale e Galleria Davia Bargellini es curioso por fuera y por dentro.

En la ciudad famosa por sus pasajes cubiertos se encuentra en un palacio del siglo XVII que carece de ellos. Una fachada completamente visible era un privilegio reservado solo a las familias más ilustres de la ciudad, como los Bargellini.

Un segundo efecto escénico se ofrece incluso antes de entrar por la escalera de honor que sube al piso noble. 

En su interior, el museo es una singular máquina del tiempo.

Quien lo visita entra en un apartamento de la Bolonia del siglo XVIII, entre muebles, elementos de decoración y objetos raros. Entre los más particulares, un teatrino completo para marionetas y lo que parece una casa de muñecas, pero que en realidad es una casa privada del siglo XVIII en miniatura, completamente amueblada.

En las paredes, la galería de pinturas de la familia Bargellini, raro ejemplo de colección privada aún intacta. Junto a ellas, las obras de los grandes protagonistas del Trecento boloñés que han influenciado la pintura tardo-medieval europea: entre otros, la tabla de la Madonna dei Denti de Vitale da Bologna, la Piedad de Simone dei Crocefissi y la Madonna con Bambino de Cristoforo da Bologna. 

La escultura está presente en las formas de las figuras de belén en terracota, material muy utilizado porque estaba disponible en gran cantidad en la "roja" Bolonia.

Otro núcleo importante del museo es la colección de objetos de arte aplicado, "curiosidades de la vieja Bolonia" de variada procedencia: hay hierros forjados, bronces ornamentales, llaves, vidrios, porcelanas de las más importantes manufacturas europeas e incluso una carroza tardo setecentista toda pintada y dorada.