Las Colecciones Municipales de Arte se encuentran en el lugar simbólico del poder civil y político en Bolonia: Palazzo d'Accursio, el palacio municipal.
Aquí solía residir el Cardenal Legado, el representante del Papa cuando Bolonia formaba parte del Estado Pontificio.
De los pontífices, legados y gobernadores que han escrito un pedazo de la historia ciudadana también hablan los 188 escudos pintados que revisten completamente las paredes de la Sala Urbana.
La vista que se disfruta desde las ventanas del museo es de postal: Piazza Maggiore, la Fuente de Neptuno, el campanario de la catedral de San Pedro, un trozo de la vía Emilia, incluso el santuario de San Lucas en el horizonte.
Hay espacios con una identidad muy reconocible: la Galería Vidoniana con la bóveda pintada y las grandes dimensiones recuerda a una logia romana; las salas Rusconi devuelven la atmósfera de una casa privada del siglo XVIII; la Boschereccia, típica de la Bolonia napoleónica, crea la ilusión de un espacio verde con árboles y fuentes en las paredes.
El patrimonio del museo, compuesto por esculturas, pinturas, muebles y decoraciones de diferentes épocas y estilos, es fruto de donaciones y adquisiciones de colecciones privadas con algunos indiscutibles obras maestras: el Retrato del gonfaloniere de Artemisia Gentileschi, el Apolo de Antonio Canova, la Ruth de Francesco Hayez.
No faltan objetos curiosos como la colección de más de 150 miniaturas, solo parcialmente expuestas,
o aquellos íntimamente ligados a la vida de la ciudad, como los autómatas de madera de la Torre del Reloj o los refinados encajes y bordados de Aemilia Ars, famosa manufactura boloñesa de artes aplicadas activa entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
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