“La huella de cada uno en cada uno”, encargada por la Fundación, es una gran escultura lumínica que el artista concibió para el cerro de San Licerio, continuando el diálogo entre naturaleza y arte que es la seña de identidad de este lugar. La obra de Senatore acompaña armónicamente el desarrollo de la pasarela que marca la ladera del cerro, creando un largo friso decorativo de luces multicolores, en cuyo centro se encuentra la frase que da título a la obra, "En cada uno la huella de cada uno". . La estética de la escultura recuerda las iluminaciones festivas del sur de Italia y la arquitectura barroca, como rosetones y portales. Esta referencia a estructuras y formas tradicionalmente asociadas a celebraciones colectivas es un aspecto central de la práctica del artista, cuyo trabajo se caracteriza por una fuerte dimensión comunitaria y participativa. Las instalaciones de luz son concebidas por Senatore como catalizadores de energía destinados a celebrar a las personas y las comunidades. La luz se convierte en un elemento simbólico para construir espacios compartidos, para activar los lugares y las personas que los habitan.