El retrato representa a César en pleno vigor. Los rasgos decididos, representados con un realismo ajustado, y la expresión orgullosa y amarga a la vez, revelan la personalidad del poderoso líder. La obra, cuyo origen se desconoce, formaba parte del Museo de los Padres Benedictinos de la Abadía de San Martino delle Scale, cuya colección fue adquirida por el Museo en el período posterior a la unificación, tras la confiscación de los bienes eclesiásticos de 1866. Se trata de una copia de la época tiberiana de un original realizado alrededor de la mitad del siglo I a.C.