Yun Hyong-keun (Cheongju 1928 - Seúl 2007) fue uno de los artistas coreanos más importantes posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Su biografía está marcada por la convulsa historia de su país: encarcelado varias veces por haber expresado libremente su pensamiento, en 1950 escapó milagrosamente de un tiroteo en grupo: de sus cuarenta compañeros de desgracia sólo cuatro, además de él, se salvaron del pelotón de fusilamiento. .

Tras una primera fase de experimentación, su lenguaje artístico se desarrolla y se define en la primera mitad de los años setenta. Es fruto también de la dureza que marcó su vida, y se centra en unos pocos elementos esenciales. El pigmento, de un tono muy oscuro obtenido a partir de una mezcla de azul ultramar y ámbar quemado, se extiende con un gran pincel en capas sucesivas, muy diluido para impregnar el lienzo en bruto. El azul ultramar y el ámbar quemado simbolizan el cielo y la tierra; el gesto del artista repite el fenómeno del agua que, impregnando la porosidad del suelo, da vida.