El desierto enseña a renunciar a cada adjetivo. Entonces la arquitectura se vuelve casi natural, transitable por todos, tanto por quienes conocen la ciudad como por quienes no la conocen.

En la Fundación Querini Stampalia de Venecia, la exposición sobre Diriyah Art Futures curada por Marta Francocci, el primer hub contemporáneo para el arte digital y los nuevos medios de Arabia Saudita diseñado por los italianos Schiattarella Associati.

Promovido por el Ministerio de Cultura saudita, inaugurado el pasado noviembre en Riad, este espacio para la investigación, la exposición, la residencia de artistas internacionales, es parte de un ecosistema creativo en constante expansión en el que el arte y la arquitectura contemporánea se han vuelto estratégicos bajo la presión de las transformaciones previstas por Vision 2030.

La exposición ocupa la extraordinaria ala en la planta baja, diseñada a principios de los años 60 por el arquitecto Carlo Scarpa. A través de maquetas, bocetos, videos, dibujos, fotografías, objetos, el espacio contará la historia del edificio y al mismo tiempo una visión de la arquitectura.

En la sala central, en un gran plano, la huella del edificio construido al norte de la capital saudita, en la región desértica de Mena. Los volúmenes son de oro, una alusión a la arquitectura realizada en piedra de Riad y a la tierra, ambas sensibles a la luz cegadora y seca que proyecta sombras poderosas como volúmenes. El desierto se convierte en una metáfora de la eliminación, de una arquitectura capaz de renunciar, al igual que la arquitectura tradicional saudita, a lo que no puede dialogar con la "inteligencia" del lugar, con la historia que se ha acumulado allí. La arena solidificada del desierto, el barro, el viento, la sombra, todo en Diriyah Art Futures se convierte en material contemporáneo, capaz de hacer dialogar la dimensión humana y la digital, la rigurosidad de la geometría con el azar y la irrepetibilidad de la naturaleza.