Con la exposición de Alessandro Cardinale. Nüshu - Escribiendo el Vacío, el Museo de Arte Oriental de Venecia ofrece una mirada sobre la producción artística contemporánea entre Italia y China. El proyecto, en colaboración con Arte Italiana, investiga la cultura de las diversas poblaciones de China a través de la reinterpretación contemporánea de Alessandro Cardinale, artista italiano que, precisamente en China, ha logrado captar la atención del público y la crítica, asegurándose el 1er Premio en la V Bienal Internacional de Arte de Pekín en 2012.

Con la curaduría de Anna Lisa Ghirardi y Marta Boscolo Marchi, directora del Museo de Arte Oriental, la exposición presenta diez obras escultóricas, de las cuales cinco son inéditas y fueron realizadas especialmente para la ocasión expositiva, inspiradas en los territorios de Hunan, en las mujeres de la cultura Yao y en su escritura hermética. En las salas del Museo de Arte Oriental, el artista ha elegido "escribir el vacío", es decir, crear a través de finas tiras de tela moldeadas o utilizando barras de hierro paralelas, una imagen capaz de aparecer y desaparecer según la posición asumida por el visitante en el espacio. La mirada recrea, a través del ritmo y la geometría de los elementos, una realidad inexistente, respondiendo a las reglas de proximidad y continuidad de la percepción. Los rostros femeninos, capturados en actitud reflexiva y en privado, y los paisajes montañosos de la provincia de Hunan desaparecen al primer paso en el espacio, al igual que las palabras de las mujeres Yao, durante mucho tiempo consideradas inaceptables y, por lo tanto, para la cultura oficial, completamente inexistentes.

El vacío que inspira el título de la exposición y las palabras inexistentes son aquellas escritas en nüshu: una escritura silábica de uso exclusivamente femenino que, a partir del final de la dinastía Qing, en el condado de Jiangyong, en Hunan, se sumó a la rica polifonía lingüística de las zonas montañosas de Guangxi, Guizhou, Hunan y Guangdong, donde aún hoy viven dos millones de Yao, hablando diferentes idiomas e idiomas no siempre mutuamente comprensibles.