El recorrido expositivo comisariado por Giangavino Pazzola se desarrolla cronológicamente y, con una selección de más de 150 obras de diversos formatos, tiene en cuenta los principales periodos creativos de Horst, recorriendo su historia en los cruces fundamentales de su evolución, desde los inicios hasta las últimas creaciones. . .

Los distintos apartados se articulan de tal forma que subrayan algunos puntos destacados de toda la producción artística de Horst: la vinculación con el arte clásico que, sin embargo, no excluye las influencias de las vanguardias; la investigación visual de la armonía y elegancia de la figura humana embellecida por el perfecto dominio de la iluminación de la escena; la fructífera y duradera colaboración con “Vogue”, revista para la que el fotógrafo ha firmado decenas de portadas; los retratos de personajes del mundo de la moda y el arte, muchas veces ambientados en sus propios hogares, imágenes a través de las cuales el autor demuestra una vez más sus indiscutibles dotes compositivas.

El primer apartado sirve de introducción al autor y a sus intereses de investigación: la relación naturaleza-cultura, el decorado del retrato y la gran atención al detalle, elementos que se encuentran tanto en las fotografías en las que inmortaliza el medio intelectual de París en los años treinta y en los autorretratos y bodegones. En el segundo apartado, se encuentran las obras creadas durante la fase parisina y neoyorquina, periodos muy prolíficos, influidos por el romanticismo y el surrealismo, durante los cuales crea imágenes icónicas como Mainbocher Corset, París, 1939, y Hand, Hands, New York. , 1941. El uso del color en la fotografía de moda es el tema que abre la sección en la que se alojan las portadas más famosas de “Vogue”. Como rasgo de unión encontramos las sorprendentes imágenes de interiores creadas a partir de la década de 1940 y que pronto se convirtieron en una de las principales ocupaciones del fotógrafo, también gracias al interés de Diana Vreeland (directora de "Vogue" desde 1962), que encarga en Horst una serie de reportajes sobre las casas y jardines de artistas y personajes famosos. Entre las muchas creadas por el autor, se dedica un foco a Italia, con el apartamento romano del artista Cy Twombly, adornado con sus propias obras y esculturas clásicas, y con el encanto atemporal de la finca Villar Perosa, en cuyo interior se plantea un muy elegante Marella Agnelli.

Para completar la exposición, que se mueve siempre entre las obras más conocidas del autor y una sorprendente serie inédita, las imágenes extraídas de la reconocida serie Round the clock, Nueva York, 1987, última síntesis de radicalidad, talento y visión de una de las principales figuras de la Fotografía del siglo XX.