Con el título La Sagesse des lianes, el PAV– Parco Arte Vivente se complace en anunciar la apertura de la exposición personal de Binta Diaw comisariada por Marco Scotini. Tras las exposiciones individuales de Navjot Altaf, Arahmaiani, Regina Jose Galindo, la muestra de Binta Diaw es un enfoque adicional sobre la relación entre la naturaleza y el pensamiento femenino en un momento como el actual.

La exposición toma su título del elemento vegetal de la liana en forma poética y política: una planta trepadora que se retuerce y resiste a las inclemencias del tiempo, capaz de abrir caminos inesperados y construir nuevas alianzas vitales con otras plantas del entorno circundante. Diaw se inspira en las tradiciones de las mujeres afrodescendientes y en las identidades diaspóricas para abordar cuestiones actuales: esta memoria violenta y viva concierne a la supervivencia de todos, en un ecosistema que ha llegado al colapso.

Nacida en Milán de padres senegaleses en 1995, Diaw ha desarrollado una investigación que entrelaza ecología, feminismo negro y memoria diaspórica, poniendo en el centro de su trabajo la relación entre el cuerpo, la naturaleza y la historia colonial. La práctica artística de Diaw despliega un bagaje simbólico e iconográfico fuerte y arraigado en sus orígenes de artista-mujer-negra dentro del sistema cultural eurocéntrico y se configura a través de geografías y referencias visuales dispares, en la intersección de historias y latitudes que pueden parecer opuestas. Utiliza materiales entre lo orgánico y lo artificial: la tierra como elemento de reconexión con el mundo natural y el cabello sintético, usado por las mujeres africanas como extensión de su cabellera, símbolo de belleza e identidad cultural.

En el centro de la exposición se encuentra la reflexión sobre el cuerpo diaspórico y colectivo como lugar de resistencia y alianza con lo viviente. Así como las lianas nunca crecen de forma aislada, sino que encuentran apoyo y posibilidad de ascenso solo entrelazándose con otras plantas, también la memoria de la diáspora africana se narra como un tejido de vínculos, solidaridad y prácticas de cuidado. La relación con la naturaleza se convierte en un espacio político, un territorio relacional y un archivo de saberes ancestrales que se oponen a la lógica extractivista de la plantación colonial.