El Anfiteatro Flavio, más comúnmente conocido como Coliseo , se levanta en el corazón de la ciudad de Roma y forma parte de la gran zona arqueológica del parque arqueológico del Coliseo que incluye, la zona del Foro Romano y el Palatino, la Domus Aurea en la colina Oppio, el arco de Constantino y el Meta Sudans. El edificio, llamado Coliseo por una estatua colosal que se encontraba cerca, fue construido en el siglo I d.C. por voluntad de los emperadores de la dinastía Flavia, y acogió, hasta el final de la Edad Antigua, espectáculos de gran atractivo popular, como las cacerías y los juegos de gladiadores. El edificio fue, y sigue siendo hoy, un espectáculo en sí mismo. De hecho, se trata del anfiteatro más grande del mundo, capaz de ofrecer sorprendentes aparatos escenográficos, así como servicios para los espectadores. Símbolo de las glorias del imperio, el Anfiteatro ha cambiado de rostro y función a lo largo de los siglos, ofreciéndose como un espacio estructurado pero abierto a la comunidad romana. En el año 438, con la abolición de los juegos de gladiadores a instancias de Valentiniano III, el anfiteatro sufrió un lento y progresivo declive, hasta el punto de que fue utilizado en la Edad Media y en el Renacimiento como cantera de materiales, utilizado también para la construcción de la Basílica de San Pedro, y como refugio de animales y hogar de talleres y viviendas artesanales, mientras el proceso de su cristianización es largo. Del período romántico en el que el encanto de las ruinas atraía a escritores y artistas, pronto pasamos al de las excavaciones y restauraciones sistemáticas. Hoy el Anfiteatro es un monumento a las obras del ingenio humano que sobreviven al tiempo y aún se presenta como una estructura acogedora y dinámica que ofrece una amplia visión de los espacios internos, pero también vistas sugerentes de la ciudad desde los arcos externos. Periódicamente acoge exposiciones temporales relacionadas con temas antiguos y su relación con lo contemporáneo, así como espectáculos modernos. Este legado de eventos y experiencias ha hecho del Anfiteatro un lugar que se renueva cada día, significativo para todos y capaz de contar una historia a todos.