La Fundación Giuliani para el arte contemporáneo dedica a Giulio Turcato una intensa exposición individual, a cargo de Martina Caruso y Adrienne Drake, que devuelve la fuerza visionaria y la incansable inventiva de uno de los protagonistas más audaces de la posguerra.

La exposición se inaugura el sábado 11 de octubre de 2025 con una apertura extraordinaria de 10:00 a 18:00, y estará abierta hasta el sábado 31 de enero de 2026. La exposición de Turcato reúne casi treinta años de investigación del artista y coloca en el centro el tema del monocromo, interpretado no como un ejercicio de sustracción, sino como un espacio generativo: un terreno fértil en el que el color y la materia se convierten en herramientas de conocimiento y descubrimiento. Desde principios de los años sesenta, los monocromos de Giulio Turcato se configuran como lugares de transformación, donde la pintura y la textura empujan los límites mismos de la práctica artística más allá de los límites tradicionales.

Para Turcato, el monocromo nunca es un destino definitivo, sino un origen y una apertura. Donde otros artistas han buscado pureza espiritual o suspensión conceptual, él lo transforma en un campo vibrante de posibilidades. El lienzo deja de ser simplemente un soporte para convertirse en un cuerpo vivo y en relieve: superficies excavadas, polvos fosforescentes, píldoras, monedas, papel carbón. Materiales cotidianos, recogidos del mundo, que se convierten en un alfabeto sensible para descifrar la naturaleza. Desde vegetales hasta minerales, desde ruinas hasta bacterias, su obra filtra la vida misma a través de la lente de la invención artística. Para Turcato, el arte es conocimiento: un sistema capaz de devolver, mediante color y forma, las estructuras profundas de lo real.

El recorrido del artista se inscribe en una trayectoria que entrelaza un compromiso político radical y una experimentación formal incesante. En 1947, junto a Carla Accardi, Ugo Attardi, Pietro Consagra, Piero Dorazio, Mino Guerrini, Achille Perilli y Antonio Sanfilippo, funda FORMA 1: un movimiento que rechaza la rígida ortodoxia figurativa del comunismo y reivindica la autonomía de la abstracción. Las obras de la posguerra temprana reflejan así una tensión inquieta entre abstracción y realismo, reflejo de la búsqueda de un léxico visual personal en una época de profunda transformación cultural.