alazzo Merulana, en sinergia con la Fundación Elena y Claudio Cerasi y CoopCulture, se complace en albergar la exposición del pintor Peter Flaccus, "La pintura es un lugar", comisariada por Francesco Cochetti.

Americano de nacimiento y formación, Peter Flaccus, a principios de los años 90, optó por trasladarse a Roma, donde el encuentro con el arte clásico supuso un punto de inflexión en su camino creativo, con el abandono de la pintura al óleo en favor de una técnica milenaria, la encáustica. cuadro.

“Los gestos de nuestros antepasados viven en nuestros gestos”: este es el tema que lleva a cabo Peter Flaccus en la práctica de sus pinturas. Su uso de la técnica de la encáustica persigue un método y un ritmo de trabajo que, desde los griegos, han marcado de forma discontinua la conciencia de los artistas occidentales.

El término del griego enkaiein "quemar", se refiere al tratamiento térmico que concluye un proceso en el que la cera de abeja, fundida, mezclada con pigmentos y resina, se extiende sobre una superficie y se manipula.

En estas obras, Peter Flacus aplica cera coloreada caliente a una tabla hasta que se enfría y fragua; luego agrega más capas de color para rayarlas aquí y allá, hasta que los gestos de cubrir y descubrir crean una superficie luminosa que refleja y absorbe la luz exterior.

Plinio, en su historia natural, describe el método y la inusual resistencia de las superficies realizadas con esta técnica y constata cómo la pintura así aplicada a los barcos no se ve afectada por la acción del sol, el agua del mar o el viento.

Así, las pinturas de Peter Flaccus producen el efecto extraordinario, inmediatamente perceptible, de una radiante presencia humana, junto con la aparición momentánea de las estratificaciones del tiempo, que es el tiempo que necesita el pintor para sacar la imagen a la superficie, el tiempo necesario para la manifestación de sus intenciones; así el tiempo de los pintores del pasado y de los gestos del pasado, incluido el suyo propio, queda suspendido en las capas más profundas de la obra.

El pintor se aleja de las convenciones de la pintura como ventana y como relieve -la representación y acumulación de materia- para acercarse a la pura relación entre el color y la luz. De esta forma, el color y la luz adquieren una función propia, relacionándose entre sí sólo dentro de la misma obra, independientemente de cualquier referencia externa.

Mirando los movimientos del pintor a lo largo del tiempo, el ojo se mueve de pista en pista, creando así efectos de profundidad y aparición emergente. Debajo de la superficie luminosa de la obra, el ojo atraviesa áreas cambiantes de transparencia y opacidad. En ocasiones se ve la superficie de la base de madera y en ocasiones destaca un corte relleno de cera a modo de cicatriz.

Las imágenes orgánicas asociadas a los colores romanos -sepia claro, gris, rojo y ocre- producen una sensación de fosilización cultural, como si la aplicación luminosa de la cera hubiera retenido las ruinas. La fugacidad de la memoria, o su aceleración, quedan plasmadas en los gestos del pintor que quedan dentro de estas capas de color y poseen su calidad.

La exposición está incluida en la Colección Palazzo Merulana + Entrada a la exposición

Precio completo 10,00 €
Reducida 8,00 € (Jóvenes menores de 26 años, adultos mayores de 65 años, profesores en activo, titulares de Cartax2, titulares del Carné Joven Lazio)
Gratis (niños menores de 7 años, un profesor por cada 10 alumnos, un acompañante por cada 10 personas, discapacitados con acompañante, titulares de Palazzo Merulana Pass y Palazzo Merulana Young Pass, miembros del ICOM, guías turísticos con licencia) Tarifa de reserva 2,00 €