En ocasión de las Jornadas Europeas del Patrimonio 2025, la Casa Museo Hendrik Christian Andersen, dirigida por Maria Giuseppina Di Monte y perteneciente al instituto Panteón y Castel Sant'Angelo - Dirección Museos Nacionales de la Ciudad de Roma liderado por Luca Mercuri, presenta la exposición individual de Manuela Bedeschi Eutopía, a cargo de Maria Giuseppina Di Monte y Valentina Filamingo. 

Como práctica consolidada, Manuela Bedeschi, artista siempre comprometida en una búsqueda en la que la luz es el elemento fundamental y activo, tangible y real, predominante, si no exclusivo, en las obras de los últimos veinticinco años, coloca en los salones de la Casa Museo instalaciones luminosas como para subrayar "la nueva potencialidad expresiva y significativa conectada al lugar en el que se manifiesta con una presencia nunca despreciable. Esta reubicación, cargándose de las energías de lo que la rodea y de las connotaciones ambientales específicas, intercepta una ampliación de sentido que la palabra en sí misma ya posee" (Matteo Galbiati).

Pensando en las visiones de Hendrik Christian Andersen, cuyo eclecticismo interdisciplinario lo llevó a transformar las ideas y los sueños utópicos en formas concretas a través de la materia, Bedeschi ha reflexionado sobre el hacer visionario del artista que, pintor y escultor, con su trabajo ha servido de puente entre un Simbolismo veterano del siglo XIX y las primeras formas estéticas revolucionarias del primer Novecientos. En sus grandes esculturas monumentales, cuyos cuerpos ostentan las virtudes del desnudo heroico clásico, Hendrik no afirma solo la intuición de una belleza ideal, sino que busca el testimonio de una humanidad que se renueva y se encuentra a sí misma uniéndose en el arte y la cultura universales. Con la utopía urbanística visionaria de su Ciudad mundial, Andersen intentó desarrollar aún más concretamente sus convicciones gracias a

una arquitectura capaz de inspirar la fraternidad universal.

Entonces, la exposición Eutopía - título que transcribe la palabra griega opuesta a utopía (no lugar) y que significa e identifica, en cambio, el buen lugar, entendido como un lugar de serenidad y felicidad cumplidas - para Bedeschi se convierte en una oportunidad para exhibir las instalaciones luminosas en puntos peculiares del museo, construyendo un recorrido específico del lugar que, por la polisemia del lenguaje, se entrelaza con la poética de Hendrik Andersen y con la colección de la Casa Museo.