Una mirada sobre el acto natural por excelencia, la cuna primitiva que acogió al hombre desde los orígenes de su existencia; el útero materno y el universo que conceptualmente contiene dentro de sí es la historia que Paolo Canevari, a través de su visión artística, implanta en la Fundación VOLUME!.

La gestación tiene lugar dentro de una única cámara en la que el embrión ideal, interpretado por un hombre desnudo conectado a un cordón umbilical de goma negra, posa inmóvil y de pie mientras mira al vacío frente a él. La habitación permanece incontaminada, de hecho no hay acceso para los visitantes que están contenidos fuera de la situación a través de un tubo interior de goma negra presionado entre dos paredes, una hendidura que reinterpreta el acceso de una vulva.

Lo que Canevari propone es su versión de la historia, que, como la suya, se circunscribe a la posible corrupción de terceros. La del artista no es un cierre, sino una invitación a la reflexión y a la apertura de un pensamiento libre que puede abrazar una infinidad de posibilidades, en un carácter cíclico de creación y destrucción.