Santiago Sierra vuelve a exponer en Spazio Revolution con una video performance de la serie PIGS.

Los países PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España), posteriormente rebautizados como PIIGS; luego los PIIGGS, con la adición de Irlanda y Gran Bretaña, son aquellos estados que, a partir de los años 1990, comenzaron a exponerse tangiblemente al riesgo de default. La sigla, concebida por la crítica periodística e incluso anagramada como GISPI, no dejó lugar a falsas interpretaciones, hasta el punto de que fue fuertemente criticada por su carácter racista y despectivo. A partir de 2012, Santiago Sierra dio cuerpo a la imagen transformando países como Italia, Grecia o España en un gran abrevadero, literalmente devorado por una piara de cerdos. Ayer como hoy, el mensaje sigue siendo fuerte y sin cambios. De hecho, en las últimas décadas no hemos sido testigos de una evolución económica y social real, donde hubo un intento, pero fue reprimido afanosamente por maniobras políticas que fueron, por decir lo menos, imprudentes. A este panorama, ya de por sí dramático, se suma una preocupante involución cultural alimentada por políticas populistas ciegas e ignorantes, a las que les encanta recompensar conductas poco virtuosas a la luz de los beneficios electorales. Italia, perpetuamente amenazada por el espectro de la recesión económica, parece estar experimentando una lenta agonía. La política, arrodillada ante los intereses de los poderosos, explota al segmento más pobre del país, engañándolos para que tengan voz cuando, en realidad, les quitan lo más básico de subsistencia.

De forma cada vez más creciente, avanza una violenta deriva neofascista, mientras que en el sur, históricamente abandonado por las instituciones, parece dejarse más margen a la delincuencia en un intento de no socavar un sistema de clientelismo bien arraigado. Pero si los PIGS pueden considerarse el resultado de políticas insalubres y miopes, estos no son más que la caja de resonancia de una ciudadanía cómplice o, peor aún, adicta a los abusos. Se trata de países que se enfrentan a la progresión de una crisis financiera compleja sin herramientas adecuadas, a menudo causada por una política perversa e incompetente, dirigida principalmente a la parte más antigua del país, demasiado concentrada en el presente y poco abierta a las generaciones venideras. Mantener privilegios y centralizar la riqueza genera inmovilidad y socava el posible desarrollo. Encender el pensamiento crítico equivale, por tanto, a eliminar el tejido necrótico, a reoxigenar la conciencia social. Este es el compromiso de la obra de Santiago Sierra y Spazio Revolución, un espacio independiente y por tanto por naturaleza libre e incorruptible, pero la obra de Santiago Sierra no quiere ser una absolución de nuestros pecados. No deberíamos sentirnos más tranquilos al pensar que esos cerdos representan sólo a los políticos, ya que las heridas infligidas también provienen de nosotros. De esta experiencia debemos tener presente que nosotros también podemos ser esos cerdos hambrientos... que también nosotros podemos devorar y digerir sin piedad, en el silencio ensordecedor de nuestra indiferencia, esa esperanza de un futuro mejor para este hermoso país nuestro.