A menudo vienen del mar, hinchados de dolor, y acaban en la carretera. Decenas de miles de niñas a las que un escurridizo “espíritu” vudú ata para siempre a sus explotadores: parece absurdo que en pleno Tercer Milenio, un rito ancestral pueda destruir vidas. Porque ORIRI, que en lengua bini significa “espíritus, pesadillas”, es un viaje perverso que surge de la miseria y la ignorancia, pero que se torna malvado en el llamado mundo occidentalizado.

El fotógrafo Francesco Bellina recopiló las huellas de ORIRI, las unió y regresó al lugar donde todo comenzó, en Nigeria. Su trabajo comenzó en 2016 y duró cuatro años: la exposición fotográfica que se inaugura el próximo sábado (26 de junio) a las 17 h en Palermo, en el Palazzo Sant'Elia -que la alberga hasta el 23 de octubre- es la historia de un proyecto que ha convertirse en algo más, una denuncia, un grito, una caricia, tal vez incluso un deseo de renacer. ORIRI, comisariada por Luca Santese (fotógrafo de Monza, fundador de Cesura), contiene imágenes fuertes, tomas importantes pero extrañamente "hermosas", que nos llevan a pensar sin juzgar, sin buscar un pensamiento retro en este momento absolutamente inútil, innecesario. La exposición fotográfica se construyó entre 2016 y 2020 gracias al apoyo de la Municipalidad de Palermo, la Fundación Sant'Elia, la Fundación Sicily y Arci Porco Rosso.

“Palermo siempre ha sido la acogida, la integración, el futuro -dice el alcalde Leoluca Orlando-; la obra de Francesco Bellina reconecta hilos que parten de lejos pero nos llegan. La exposición en Sant'Elia es parte de un proyecto multifacético sobre África que pasa por tradiciones, costumbres, joyas, pintura pero también por la historia de terribles realidades a condenar. Y Palermo condena con espíritu de solidaridad con las víctimas y acoge con espíritu de fraternidad, libertad e igualdad. Y da la bienvenida".