De 29 abril a 29 mayo 2023
Sergio Floriani parte de las huellas del hombre, de la huella que deja como seña de identidad (única y personal), para llegar al infinito. El suyo es un camino evolutivo que incluye el signo, la forma y el espacio, pero no olvida el diálogo continuo con la materia, que le hace explorar las posibilidades de la pintura y la escultura (dos elementos que siempre conviven en la obra de Floriani) y que va del acero corten al estaño. , del alquitrán sobre papel japonés a la arena sobre plomo, mientras que el color a veces se ilumina en tonos más vivos, casi pop, y otras, por ejemplo, cuando representa los contornos del lago o alude a las voces del alma, es capaz de recogerse en gradaciones suaves y silenciosas.
La exposición comenzará el 29 de abril en Novara, y continuará en junio, con una selección de obras, en Villa Gippini (Orta San Giulio) y recogerá los últimos treinta años de la obra del artista, a través de un camino que no quiere ser cronológico, pero temático e iconográfico.El camino, tanto en Novara como en Orta, partirá de las grandes esculturas en acero corten y hojalata, que son seña identificativa de la obra del artista.
En las 11 salas del primer piso del histórico castillo Visconteo-Sforzesco, se colocarán cerca de un centenar de esculturas: desde Divido per otto (2003) hasta Totem (2015) donde el fragmento alterna con ligereza y transparencia; de Signum (2009) a Cerchi d'acqua, dos series en las que la palabra (en la primera) y el color (en la segunda) trazan un nuevo alfabeto de letras y formas, pasando por la última generación de relieves coloreados, tablones pequeños y grandes sobre el que el color se extiende sin matices y las formas que emergen, hermanas lejanas de las primeras huellas dactilares, tiñen la superficie transformándola en materia cósmica. El tema más recurrente es la relación entre forma y espacio, y en las últimas obras esta correlación está subrayada por la presencia o ausencia de marcos: en el primer caso un marco dorado, a menudo de época, marca el perímetro y contiene color, pero al mismo tiempo la embellece, la "historiza" y la concentra, dándole fuerza y misticismo; en el segundo caso, con la supresión del canto de madera, el color vuelve libre para expandirse y fundirse con el espacio circundante, en una dimensión casi filosófica.
En cambio, algunas de las obras más significativas se colocarán en las habitaciones de Villa Gippini, en armonía con la arquitectura del edificio, con la luz y el color del lago, ese lago que también fue inspiración para Antonio Calderara, artista que Floriani que siempre ha admirado y cuyos consejos lo convencieron de dedicarse definitivamente al arte.
Piazza Martiri della Libertà, 3 , Novara, Italia
Horarios de apertura
abre - cierra | última entrada | |
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martes | 09:00 - 18:00 | |
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