Desde el 31 de octubre hasta el 25 de enero de 2026, la Sala Belvedere del Palazzo Reale en Nápoles albergará Totò y su Nápoles, la exposición inédita que celebra el gran vínculo inseparable entre Totò y su ciudad con motivo de las celebraciones por los 2500 años de su fundación. Precisamente debido a este fuerte vínculo, se ha elegido acoger, en la ciudad que tanto amaba, esta gran exposición del cómico napolitano y emblema de Nápoles en el mundo, como primera etapa de un proyecto que continuará en Nueva York.

La exposición Totò y su Nápoles es promovida por el Comitato Nazionale Neapolis 2500 con el Ministero degli Affari Esteri e della Cooperazione Internazionale, Palazzo Reale di Napoli (Ministero della Cultura), con la participación de los Herederos de Totò.

El proyecto está a cargo de Alessandro Nicosia y Marino Niola y está organizado y producido por C.O.R. Creare Organizzare Realizzare.

Antonio de Curtis, conocido como Totò, nacido en Nápoles en el Rione Sanità en 1898 y llamado El Príncipe de la Risa, siempre llevó en su corazón a su ciudad que siempre lo reconoció como uno de sus hijos más ilustres, celebrándolo en callejones y plazas con murales que inmortalizan su icónica cara y estatuas que lo hacen eterno. Su arte siempre ha dialogado con Nápoles, una ciudad que es a la vez raíz y horizonte, espejo de una identidad compleja y universal. Totò es la expresión viva de esta ciudad-mundo, un laboratorio cómico que entrelaza la tradición napolitana con juegos lingüísticos, frases célebres y sin sentido, dando voz a un patrimonio artístico que atraviesa siglos y fronteras, influenciando el cine, la televisión y la cultura pop y convirtiéndose en memoria colectiva.

La exposición es un proyecto cultural que pretende evocar su napolitanidad profunda y expansiva, divertida y melancólica que encarna la relación y el amor por la tradición y la cultura napolitana, su dimensión trascendental y su legado socio-cultural con el objetivo de estimular el alma de las personas: “Sigo siendo un napolitano con todas las virtudes y defectos del napolitano. Cada quince o veinte días regreso a Nápoles por una breve estancia; no puedo estar lejos de mi ciudad por mucho tiempo; la gente de allí me da el calor de la vida. Y cada vez me conmuevo como un niño” – así decía Totò.

Se narrarán los numerosos lazos culturales, profesionales y personales con su ciudad, sacando a la luz muchos aspectos inéditos y sorprendentes. Será una oportunidad para reinterpretar estas historias desde una perspectiva diferente, llena de ideas y curiosidades, y una oportunidad de descubrimiento para las generaciones más jóvenes.