La Fundación Made in Cloister presenta la exposición "El Sol del Futuro", el primer capítulo de un programa bianual que, a través de una serie de prácticas artísticas e iniciativas de investigación, inicia una reflexión sobre la idea del renacimiento, provocada por las catástrofes inminentes y las actuales policrisis. La exposición reúne a artistas internacionales cuyas obras atraviesan el delicado equilibrio entre creación y destrucción, esperanza y catástrofe.

El título de la exposición, tomado de una canción partisana italiana, reinterpreta el sol no como símbolo de una promesa utópica, perpetuamente incumplida, sino como una fuerza ambivalente - generadora de vida, pero también destructiva. La exposición explora las diferentes posibilidades de renacimiento a través de las transformaciones materiales, las metamorfosis identitarias y las reorganizaciones espaciales.

Las obras en exhibición narran las posibilidades de regeneración en un mundo post-utópico. Investigan cómo la materia, la identidad y el espacio pueden renacer, ya sea a través de la transmutación alquímica, la paternidad para-ficticia o la reactivación de historias olvidadas. En la exposición se presentan obras de mountaincutters, Alexandra Sukhareva, Clément Cogitore, Danh Vo, Hiwa K, Anastasia Ryabova, Renato Leotta y Reena Spaulings, y los nuevos trabajos encargados a Olga Tsvetkova y Carmela De Falco.

Creado durante su residencia artística en la Fundación Made in Cloister, Porta Capuana. El espacio como duda (2025) de Olga Tsvetkova es una performance de danza site-specific que traza la geografía emocional del barrio Porta Capuana de Nápoles.

Carmela De Falco, artista napolitana, presenta dos nuevas obras: reflejando, reflejando, la voz, una instalación, activada por una performance, que transforma el Claustro en un cuerpo resonante, gracias a las voces de los intérpretes que recuerdan el pasado del espacio habitado por monjes, y Transmisión, una obra escultórica que evoca la historia del edificio como parte de la fábrica de lana.

El entorno histórico del Claustro de Santa Caterina a Formiello, a diez años de su reconversión, se erige como figura central en estas exploraciones de renacimiento. Antaño claustro de una iglesia renacentista, posteriormente fábrica de lana, fábrica de jabón, garaje e incluso carpintería, el espacio mismo encarna la idea de renovación, evocando un conjunto de voces que subrayan su papel dual de figura y fondo en esta narrativa.