En ocasión de Orticola 2025, cuyo tema principal es “Bio, bio, bio, ¡en el jardín hay vida!”, el Museo Bagatti Valsecchi participa en la séptima edición de Fuori Orticola presentando, del 7 de mayo al 8 de junio, la exposición de Hugh Findletar From then till now | Desde entonces hasta ahora.

Hugh Findletar, jamaicano de origen, neoyorquino de formación, adoptado por Milán y conquistado por el vidrio de Murano, es un fotógrafo de profesión, especialmente retratista. Fue precisamente a partir de esta vocación que comenzó a crear iconos en vidrio.

Sus cabezas de vidrio soplado se inspiran en las máscaras de los faraones egipcios y en las oinochoe griegas, a veces bífidas, así como en las botellas de vino del Imperio Romano. Al mismo tiempo, también son jarrones que evocan las naturalezas muertas barrocas del siglo XVII, símbolos de vanitas y caducidad, aunque representen lo opuesto: son naturalezas vivas, para mantenerse vitales según el propio deseo.

Así nacen las FLOWERheadZ de Hugh Findletar, que dialogan con la colección permanente del Museo Bagatti Valsecchi, ofreciendo al público una experiencia inédita donde el gusto renacentista se encuentra con la naturaleza y el vidrio. Una exposición que se inserta en el marco de las celebraciones por los treinta años de apertura de la casa museo, continuando con su espíritu de apertura a lo contemporáneo.

El arte de Findletar es el resultado de una mezcla de sugerencias e influencias: su cultura jamaicana, rica en leyendas y tradiciones, otorga a sus obras una impronta única; la pasión por la horticultura, transmitida por su bisabuela, completó su trayectoria.

Solo le faltaba el medio ideal, que descubrió durante un viaje a Kenia, donde se acercó por primera vez a la técnica de soplado de vidrio, el material que le faltaba para dar forma a su imaginario. A partir de ese momento, emprendió un largo camino de experimentación que lo llevó a Murano, a la histórica vidriería Zanetti, donde perfeccionó la técnica y dio vida a sus célebres rostros modelados en caliente. Cada soplido es un gesto creativo, íntimo e irrepetible, que transforma la materia incandescente en icono, en presencia viva y palpitante.