“ Un idioma nunca es suficiente ”: esta es la traducción del título, un viejo proverbio escocés, elegido por Anna Giuntini para su exposición individual en Manifiesto Blanco con motivo del 17º Milan Photofestival , la gran exposición milanesa de fotografía de autor. La comunicación y sus mecanismos están en el centro de esta exposición, y la imagen fotográfica procesada manual y digitalmente se convierte en vector de lenguajes distintos pero inherentes a una misma temática.

En la primera parte de esta exposición - Displays and Powerlines - Anna pretende proponer una reflexión sobre la comunicación y sus posibles lagunas que, incluso en esta época de conexión perenne, suelen caracterizar las relaciones interpersonales, a través de mensajes que se pierden o llegan tullidos. Este tema se analiza a través de una sección de 10 collages de base fotográfica con imágenes de torres de alta tensión, postes de luz y esqueletos de maxi vallas publicitarias, en los que se estratifican elementos de “recuperación” vinculados al intercambio de palabras: textos, indicaciones y direcciones de envío. Una maraña de hilos dorados -que pretende, por un lado, evocar la multitud de cables rotos y postes que ya no funcionan, que rondan los lugares antropizados del mundo y, por otro lado, recordar la importancia y la riqueza del mensaje- conecta el obras expuestas en dos paredes opuestas.

La segunda sección de la exposición presenta una serie de imágenes dolorosas y sugerentes cuyo propósito es representar visualmente ese sentimiento conocido generalmente como " enfermedad africana ". Maldafrica consiste en una especie de Carnet de Voyage que recuerda las exploraciones del artista en Sudáfrica a partir de 6 pequeños trabajos preparatorios -compuestos por notas, recuerdos, objetos, sugerencias cromáticas y materiales de papel- que constituyen las primeras elaboraciones de las que nacen 12 paisajes en el que los colores se desvanecen y los contornos se mezclan gracias a la superposición digital de papeles, pinturas y bordes incompletos.