Para esta edición de 2025, a cargo de Vittorio Guidi (Director del Museo Ugo Guidi de Forte dei Marmi) y de Fiammetta Michelacci (Curadora), se han analizado y seleccionado obras clave de la producción de Ugo Guidi relacionadas con un recorrido de exposición que se ha beneficiado de comparaciones y testimonios de la fecunda relación de estos, concebida e instaurada a lo largo de los años en Versilia, con el célebre Maestro pintor Ottone Rosai. Dedicada a la incansable producción artística de los dos Maestros, una breve narración -extraída del texto de presentación de la exposición: 'A lo largo de toda su vida, Ugo Guidi permaneció profundamente ligado a su lugar de origen. A pesar de haber expuesto en todo el mundo, nunca abandonó Forte dei Marmi, donde, en la localidad de Vittoria Apuana, tenía su estudio y su casa. Allí, entre las montañas y el mar, esculpía'. (...) Entre las obras conservadas en la colección Guidi, destaca un delicado retrato a carboncillo de Ottone Rosai, trazado con pocos signos esenciales, en el que se transparenta un profundo vínculo humano. Junto a esto, un segundo dibujo -más decidido en los rasgos y concentrado en los detalles del rostro- retrata a Guidi: es la mano de Ottone Rosai la que nos devuelve la imagen". 

De estos dos simples y conmovedores folios surge la idea de la exposición: recrear, a través del diálogo entre los dos retratos, ese intercambio artístico y afectivo que unió a Guidi y Rosai en las primaveras de la posguerra en Versilia. La amistad entre los dos Maestros se consolidó por mutuo respeto: Rosai pasaba los días no solo pintando en el jardín de la casa, sino también peregrinando por el campo y el mar con un álbum de dibujo en el que trazaba esquemas con lápiz y el color de referencia escrito, que luego realizaría posteriormente en lienzos. Las obras de Ugo Guidi, expuestas permanentemente en el Museo, se presentan en la exposición como testimonio del interés por el dato natural compartido con el Maestro Rosai.