Ubicada en la cima de la colina donde se encuentra el asentamiento, a lo largo de la antigua carretera que desde Perugia conducía al Trasimeno y a Cortona, la fortaleza podía controlar fácilmente los movimientos en todo el eje viario. Su posición, desde el punto de vista estratégico-militar, era tan favorable que se puede suponer que la estructura era la sede de los oficiales peruginos encargados de recaudar peajes de quienes transitaban por esta parte del territorio en la segunda mitad del siglo XIII. La torre, entre los siglos XVI y XVII, perdió sus funciones militares, pasando a formar parte de las propiedades de la comunidad local. Durante el siglo XVIII y gran parte del siguiente, el edificio fue utilizado como perrera municipal, mientras que el terreno circundante albergaba la feria anual de ganado. En la segunda mitad del siglo XIX, la ruina de la antigua estructura había alcanzado niveles que llevaron a su abandono definitivo por razones de seguridad. A partir de principios del siglo XX, surgió la idea de restaurar el fuerte, pero pasarían muchas décadas antes de llegar a 1983, cuando comenzaron los trabajos. El nombre del fuerte, Torre dei Lambardi o "Torre dei Lombardi", probablemente es fruto de la tradición oral. La torre se menciona con este nombre a partir de finales del siglo XVII en recuerdo del asesinato de Marcello Lombardi cerca de ella. Una hipótesis sobre el origen del nombre sugiere que la palabra "lambardi" se puede remontar al término con el que, de manera genérica, en la Baja Edad Media se referían a los nobles de las comunidades rurales, y ve en el término "lombardi" un resultado posterior de la misma palabra.