La Casa Museo de la Antigua Walser en Borca (Alts Walserhüüs Van Zer Burfuggu) fue construida en la década de 1980 por un grupo de voluntarios que llevó a cabo la restauración rigurosamente conservadora de un magnífico edificio del siglo XVII. El equipamiento del museo, dispuesto en tres plantas, exhibe una amplia gama de objetos y documentos visuales sobre el "modus vivendi" del pasado, que han caracterizado a la cultura y civilización Walser y que permiten resaltar los valores y prácticas concretas de un étnico-lingüísticos minoritarios que se enfrentan día a día a las asperezas y dificultades de un territorio de gran altitud, aportando además soluciones originales, hoy totalmente obsoletas. Por ello la visita al museo asume un gran interés histórico. Por tanto, el museo se dirige no sólo a todos los aficionados que aprecian las páginas desconocidas de la vida del pasado, sino también a las escuelas que pueden extraer valiosas lecciones de estimulación y confrontación con la realidad actual.