El Museo Nacional de Palazzo Mansi, verdadero museo-residencia, constituye un documento ejemplar de las residencias de los mercaderes luccheses.
Transformado a finales del siglo XVII por la familia Mansi, que era propietaria, en un palacio de representación y decorado según el gusto barroco predominante, hoy se configura como un importante ejemplo de "museo dentro del museo". En los espacios de esta típica residencia lucchese, que conserva gran parte de los muebles originales y un valioso ciclo de tapices de manufactura de Bruselas, se encuentra la Pinacoteca con pinturas de las escuelas italianas y no italianas del siglo XVI al XVIII. En el segundo piso se encuentran las secciones dedicadas al siglo XIX y al siglo XX, y en los espacios que albergaban las cocinas del palacio se encuentra el Laboratorio de tejido rústico Maria Niemack, que expone telares e instrumentos de los siglos XVIII y XIX.
El Palazzo encierra la secular historia de la familia homónima que, a partir del siglo XVI, fue capaz de diversificar sus intereses, añadiendo a la actividad tradicional de tipo agrícola y de tierras iniciativas comerciales, aumentando considerablemente su fortuna económica y prestigio social. De estructura tardo-cinquecentesca, fruto de la unión de casas torres preexistentes, el palacio fue adquirido en 1616 por Ascanio Mansi. En la operación de renovación encargada por Raffaello Mansi al arquitecto lucchese Raffaello Mazzanti y llevada a cabo entre 1686 y 1691, se renovaron en un lujoso estilo barroco los interiores del piso noble, con frescos que exaltan o de alguna manera aluden a la gloria de la familia. Otros trabajos de recuperación y modernización fueron realizados por Luigi Mansi en el siglo XVIII.
El palacio fue vendido al Estado en 1965 y como Museo Nacional fue inaugurado en 1977.