Lo que más llama la atención al ingresar al museo es la arquitectura única, una fusión de un mercado de granos construido en el siglo XIX y una estructura de hormigón en bruto al estilo de un "museo en crecimiento ilimitado", un concepto inventado por Le Corbusier. Las dos arquitecturas interactúan, al igual que las colecciones arqueológicas y las colecciones de bellas artes. Parte del paisaje cultural francés e internacional, la colección pública más antigua de Francia, nacida en 1694, puede estar orgullosa de la riqueza de sus colecciones. Además de la fama internacional de su colección de artes gráficas (más de 8000 dibujos), posee un importante patrimonio arqueológico local, mediterráneo y egipcio, numerosas esculturas, cerámicas, piezas de joyería y una excepcional colección de pintura representativa de las principales corrientes en la historia del arte occidental desde finales del siglo XV hasta el siglo XX. Déjate sorprender por el Museo de Bellas Artes y Arqueología de Besançon, uno de los museos más atípicos de Francia.