El castillo de Serralunga d'Alba, en la provincia de Cuneo, es considerado hoy por muchos como uno de los ejemplos mejor conservados de un castillo noble del siglo XIV en el Piamonte. Esbelto y majestuoso, símbolo indeleble de este paisaje, domina uno de los pueblos más bellos e intactos de Langhe, rodeado por las colinas de los grandes vinos. Se considera uno de los ejemplos mejor conservados de un castillo noble del siglo XIV en el Piamonte, y representa un caso único en Italia por su estructura arquitectónica, típica de un torreón francés. El castillo ha sufrido muy pocas reformas a lo largo del tiempo, de hecho el edificio no ha sufrido graves eventos bélicos y nunca se transformó en un lugar de vacaciones, manteniendo así inalterada la estructura de una fortaleza medieval. El castillo desempeñó, más que un papel militar, una función de control de las actividades productivas locales, como lo demuestra su estructura muy esbelta, destinada a subrayar de esta manera el prestigio de la familia Falletti. En el interior, algunas grandes chimeneas y techos de madera son la única evidencia que queda del mobiliario original.