La instalación Biomega constituye el momento final de un largo y articulado proyecto transdisciplinario que el artista Cosimo Veneziano inició en 2016 y que, partiendo del uso de las biotecnologías en el sector agroalimentario, reflexiona sobre temas contemporáneos centrales como la relación entre arte y naturaleza y, más concretamente, entre cultivo, globalización, consumo, comercialización e imagen.

En este proceso, un papel fundamental lo representan la imagen fotográfica, cuyo procesamiento digital ha hecho que su desempeño sea cada vez mayor a nivel estético, y la percepción visual, investigada a través de sofisticadas técnicas de neuromarketing para orientar los comportamientos y elecciones de los consumidores.

Toda la obra, que consiste en una instalación compuesta por serigrafías y bordados sobre tela, pretende inducir al visitante a preguntarse por aspectos que vivimos todos los días. “Los productos se presentan y venden a través de imágenes publicitarias (generalmente extraídas de bases de datos de fotografías de archivo), especialmente las de carácter alimentario, con las que consumimos todos los días. Incluso hemos llegado a un nivel en el que el texto se ha convertido muy a menudo en un apéndice, todo pasa por ellos”.

El trabajo se llevó a cabo con la colaboración del Brain Lab. Departamento de Neurociencia de la Universidad IULM de Milán.

La obra fue adquirida por el Museo al final del proyecto, realizado gracias al apoyo de la DGCC del Ministerio de Cultura en el marco de la séptima edición del programa Consejo Italiano (2019) y promovido por Fondazione Sardi Per l'Arte y la Asociación Arteco de Turín, acompañada de un volumen publicado por Nero edizioni.