Una vez que fue la residencia histórica del cardenal Branda Castiglioni (1350-1443), ahora es una parada esencial para comprender plenamente la profundidad cultural de una de las figuras más importantes de los siglos XIV y XV.

Precisamente en este edificio se encuentran los testimonios más representativos de su pensamiento humanista, interpretado por la habilidad pictórica de los maestros toscanos Masolino da Panicale y Lorenzo di Pietro conocido como "il Vecchietta", y de artistas lombardos.

Los descendientes del cardenal contribuyeron a enriquecer este patrimonio encargando retratos familiares y coleccionando preciosos objetos de decoración que hoy se suman a los testimonios más antiguos.